Este fragmento establece un tono y una dirección muy interesantes, y ya podemos vislumbrar algunos contrastes clave con el Capítulo 1.
Título y Tono: Un Giro Hacia lo Inesperado
El título del capítulo, "¿A la antigua?", ya nos da una pista del desconcierto y la desorientación que sentirá el protagonista. Este interrogante simple, pero cargado, sugiere un cambio de escenario y, quizás, de época, alejándose de la ambigüedad existencial del primer capítulo para aterrizar en una realidad que es a la vez concreta y anacrónica para el "yo" narrativo.
El tono inicial es de angustia y confusión, pero rápidamente evoluciona hacia una curiosidad desconcertante y, finalmente, una fascinación cautivadora a medida que la presencia de Rubí toma protagonismo. Hay un sutil, pero palpable, shift del tormento puramente interno del Capítulo 1 a una interacción más externa con un mundo nuevo, aunque no exento de conflictos internos.
Desarrollo del Protagonista: Del Caos Existencial a la Realidad Desconocida
El Capítulo 1 nos dejó con un protagonista sumergido en una oscuridad y una autoconciencia existencial ("¿Y existe la luz?"). Aquí, el inicio retoma esa desesperación: "¡Oh no! ¡Otra vez no…! ¿Por qué esta oscuridad me persigue y me atrapa?" La culpa y la falta de respuestas persisten.
Sin embargo, hay una evolución crucial:
- Aceptación del Caos: El protagonista llega a una epifanía dolorosa: "¡Sí, este es mi caos! Ya entiendo". Esta aceptación, aunque amarga, es un primer paso hacia el "despertar". Ya no lucha contra la oscuridad, sino que la reconoce como parte de sí mismo.
- El Ancla de Rubí (y la piedra): La aparición física y táctil de "mi Rubí" (la piedra y su Rubí) es el punto de inflexión. Es lo "único tibio" que lo ancla a la realidad y le da el valor para "¡abrir los ojos!". Este objeto y conocimiento de ella, se convierten en un símbolo tangible de la luz y la esperanza que buscaba en el Capítulo 1.
- Nuevos Recuerdos y Culpa Recurrente: El despertar trae consigo más recuerdos, esta vez de un naufragio y la muerte de sus amigos. La culpa de ser un "asesino" se reafirma, mostrando que, aunque la luz de Rubí esté presente, las sombras de su pasado lo persiguen. La frase "¿Quién soy que soy capaz de asesinar una y otra vez de maneras diferentes?" es clave, consolidando su tormento interno y la recurrencia de la tragedia en su vida.
- Desorientación Temporal y Reafirmación de la Identidad: La interacción con la sirvienta y, sobre todo, la confirmación de la fecha (Junio 20 de 1839), sumergen al protagonista en una profunda desorientación temporal y existencial. La pérdida de su barba, el cambio de su aspecto, la ausencia de su sombrero de capitán y, crucialmente, la confusión entre su piedra (Rubí) y la hija de Andrew Davies (Rubí) acentúan su desconcierto. A pesar de esto, se aferra a su identidad de "Capitán Egan Dante Crowell" y al propósito de su barco.
Elementos Narrativos y Atmosféricos
- Elemento Fantástico/Surrealista: La disociación temporal ("¿Estoy en algún tipo de limbo?") y el despertar en una época desconocida introducen un fuerte elemento de realismo mágico o fantástico. Esto contrasta con la introspección puramente existencial del Capítulo 1 y abre un nuevo plano narrativo.
- Diálogo y Personajes Secundarios: La introducción de la joven sirvienta y Spike, y posteriormente Andrew Davies, comienza a tejer la trama externa. Los diálogos, aunque al principio son confusos para el protagonista, anclan la narrativa en una interacción social que faltaba en el monólogo interior del primer capítulo.
- Detalle Sensorial: La autora utiliza detalles sensoriales vívidos: la frialdad de la nada, la tibieza de Rubí (y la piedra), la garganta seca, el mareo al levantarse, la descripción de la herida en la ceja, los ojos salvajes, el rugido del estómago, el olor de la cena. Estos detalles concretan la experiencia del protagonista en un nuevo entorno.
- Símbolos visuales: La herida en la ceja es un nuevo elemento simbólico. Es una "marca" que se suma a su ya compleja identidad, sugiriendo cicatrices, pero también un aspecto "salvaje" y "bien cuidado", lo que puede ser una dualidad entre el tormento y la resiliencia. El reflejo en el espejo es un momento de autoconfrontación y extrañeza ante su propia imagen.
La Introducción de Rubí (la persona): Un Faro en la Tormenta
La anticipación y la posterior aparición de Rubí Eleonor Davies son el clímax emocional de esta primera mitad. La descripción de su "hermoso cabello de fuego anaranjado", "ojos tan vivos" y "sonrisa delirante" es vibrante y llena de luz, contrastando con la oscuridad inicial del protagonista.
- Un nuevo mundo sin sombras: La percepción de Rubí como "traspasar una puerta a un nuevo mundo donde no existen los hipócritas, los egoístas… no existen los malos hábitos… Ese mundo en donde no existe la oscuridad…" es una revelación fundamental. Ella se convierte en la personificación de la luz y la esperanza que el protagonista buscaba existencialmente en el Capítulo 1.
- Amnesia de Rubí: El hecho de que Rubí no lo recuerde ("¡Pues no, no me recuerda!...") añade una capa de ironía trágica y, a la vez, de desafío para el protagonista. Su conexión no es mutua aún, lo que genera una nueva forma de "batalla interna" pero también una motivación.
- La Dualidad de Rubí: La coincidencia del nombre de la piedra (su ancla) con la persona es un elemento narrativo clave que promete misterio y profundización en la conexión entre estos dos "Rubíes" y su significado para el protagonista.
Próximos Pasos
Esta primera mitad nos deja con un protagonista en una situación existencialmente compleja y temporalmente desorientada, pero con una nueva y poderosa ancla emocional: Rubí (la persona). La tensión entre su pasado tormentoso y la luz que ella representa es el motor de lo que está por venir.
Análisis de la Segunda Mitad del Capítulo 2: "¿A la antigua?" de "Mi Rubí"
Esta segunda mitad del Capítulo 2 profundiza en la trama, la psicología del protagonista y la crucial relación con Rubí. Aquí es donde muchas de las semillas plantadas al inicio del capítulo (y de la obra) empiezan a florecer.
La Continuación de la Desorientación Temporal y el Ancla de Rubí
El despertar del protagonista por el canto del gallo reafirma que sigue en el mismo lugar y tiempo, lo que intensifica su confusión. La ausencia de la piedra ("mi Rubí") en su bolsillo o en la gaveta genera una nueva ola de pavor y búsqueda. Sin embargo, la aparición de la sirvienta con la frase "¡Buenos días, Capitán! El desayuno ya está listo y la señorita Rubí, bajará en un momento" se convierte en una reafirmación de la existencia de Rubí (la persona), y con ello, de la esperanza y la luz que tanto anhela. La exclamación interna "¡Ella existe! ¡Mi Rubí existe!" es un suspiro de alivio y un nuevo propósito.
La Consolidación de la Relación con Rubí (la persona)
Esta sección se centra en la intensificación de la conexión entre el protagonista y Rubí.
- Atracción Inmediata y Profunda: Desde el "¡Buenos días, Rubí Davies!" del protagonista, la narrativa irradia la fascinación que siente por ella. Las descripciones de Rubí ("cabello de fuego anaranjado", "sonrisa en natural carmesí", "ojos de sol", "carácter vivaz") son vívidas y cargadas de admiración. Él se siente "absorbido por su presencia", y en su compañía, sus sombras, penas y culpas se "opacan" y "nublan".
- La Sabiduría de Rubí: A pesar de su juventud y el contexto de su encuentro, Rubí muestra una sorprendente perspicacia y madurez. Sus palabras sobre la culpa y las malas decisiones ("Todos tenemos culpas y malas decisiones; esto, nos enseña a ser mejores para alguien que nos está esperando y nos necesita") son un punto de inflexión. Ella no solo lo ve, sino que lo comprende y lo anima a trascender su dolor, impulsándolo a cerrar el capítulo de su tristeza.
- Conexión Física y Emocional: El acto de Rubí de darle la gema y tomar su mano para sacarlo de la casa ("cada sentido de mi cuerpo, dan más de mil gracias") sella una conexión física y emocional que va más allá de lo verbal. La química entre ellos es palpable, reforzada por las descripciones de su coqueteo velado y la facilidad con la que se entienden y ríen.
- El Ritual de la Joya y la Declaración de Amor: La decisión de dividir el Rubí en dos joyas (un colgante para ella, un brazalete para él) es un acto simbólico de unión y destino. El grabado "¡TÚ, MI ATARDECER!" para el colgante es una declaración de amor potente y original, conectándose con la metáfora del atardecer del protagonista como momento de calma y esperanza. Ella, a su vez, confiesa su atracción desde el primer momento en la playa y la certeza de que su sentimiento será "para siempre" al recibir la piedra. La dualidad de la piedra Rubí como ancla personal y ahora como símbolo de la conexión con Rubí la persona es brillante.
- Miedo a la Separación y la Reafirmación Mutua: El temor del protagonista a que "este día desaparezca" y su ansiedad ante la posible partida de Rubí subraya su dependencia emocional. La respuesta de Rubí, "¡Sé que siempre me vas a encontrar!", refuerza la idea de un destino compartido y una conexión inquebrantable, ofreciéndole la certeza que tanto necesita. La repetición final de "¡Mi Rubí!" cierra el capítulo con una nota de éxtasis y posesión afectiva.
Temas Clave Profundizados
- La Culpa y el Perdón: La misa y los entierros, junto con la petición de perdón a sus amigos, son momentos cruciales para el protagonista en su lucha contra la culpa. Aunque no se siente merecedor, el acto de asistir y la guía de Rubí lo empujan hacia una forma de conciliación con su pasado.
- Identidad y Reencarnación/Viaje Temporal: La confirmación de la fecha (1839) y el detalle de que Andrew Davies conoció a un "Dante" en 1810 que es "igual" a él, insinúa lazos ya previos. La herida en la ceja, su apariencia y su memoria de "anteriores recuerdos" se entrelazan con esta nueva realidad, sugiriendo que su identidad es más compleja y trans-temporal de lo que parecía en el Capítulo 1.
- La Luz como Persona: Si en el Capítulo 1 la luz era una entidad abstracta o un concepto existencial, en esta mitad del Capítulo 2, Rubí se convierte en la encarnación de esa luz. Ella es su "punto de luz en el cielo", quien lo rescata del caos y le permite respirar. El tema de la luz deja de ser una pregunta para ser una presencia.
- La Dualidad de la Existencia: El poema sigue explorando la tensión entre la oscuridad interna y la luz externa, la culpa y la esperanza, la soledad y la conexión, la fragilidad y la resiliencia.
Ritmo y Estilo
El estilo sigue siendo íntimo, con las reflexiones internas del protagonista mezcladas con diálogos y descripciones vívidas. El ritmo se acelera en los momentos de interacción con Rubí, reflejando la emoción y la ansiedad del protagonista. El uso de la primera persona nos mantiene anclados en su experiencia subjetiva. La mezcla de la angustia interna con la acción externa (el parto, la compra de las joyas, el paseo) crea un dinamismo narrativo que mantiene al lector enganchado.
Conclusión de la Segunda Mitad
Esta parte del Capítulo 2 no solo confirma la naturaleza de viaje en el tiempo (o reencarnación) del protagonista, sino que solidifica la importancia central de Rubí en su nueva existencia. Ella es el catalizador de su esperanza, la personificación de la luz que buscaba y, potencialmente, la clave para su "conciliación" interna. La intriga se profundiza con la conexión de Andrew Davies con un "Dante" de padre, sugiriendo que el protagonista está destinado a un ciclo de encuentros y experiencias.Ahora que hemos desmenuzado el Capítulo 2 en su totalidad, podemos proceder a analizar su Conexión y contraste con el Capítulo 1 ¿Y existe la luz?, para que luego pases a las Propuestas de Impresiones del Capítulo 3 ¿Esto es esperanza? que te propongo.
Pero antes, te animo a dejarnos en los comentarios tus impresiones al respecto de este Capítulo 2 ¿A la antigua? y de esta entrada si gustas de hacer un personal intercambio.
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